El origen de Cal Carrero se remonta a 1926, cuando Bernardino Ortí construyó una casa de época para labradores, en la cual, aún con los múltiples usos que ha tenido, como taller de carros o casa de comidas, hay algo que nunca ha faltado, el amor y el cuidado por la tierra y sus cultivos. El establecimiento cuenta con personalidad propia y una estética que mezcla a la perfección modernidad y tradición, en la que la horchata y los helados artesanales se han convertido en su producto estrella. Si os gustaría disfrutar de una horchata y fartons en un ambiente tradicional y muy particular en la ciudad de Valencia, Cal Carrero es la opción ideal.